lunes, 20 de julio de 2015

AQUI TUMEREMO


AQUÍ TUMREMO

Rafael (Chino) Velázquez.-

Rafael.velazquez.a@gmail.com

 

EL TORBELLINO DEL DESTINO

 

Erguido y balanceándose de un lado a otro, mirando el lejano horizonte que se desvanece  en el infinito, como si fuese el astro Rey  cuando declina y es absorbido por el Ocaso. Es el Caminante Errante quien sumido en medio de las turbulentas aguas del destino  trata de encontrar la tranquilidad espiritual.

Una brisa seductora cubre su rostro angelical; su larga cabellera arrastra el desconsuelo  en medio del  revoleteo de las arcadas del tiempo. ¡Oh destino traidor! has esculpido el sendero infinito de una aberración indomable! .Un agudo y profundo silbido se escucha en el recóndito precipicio de la eternidad; es el reflejo de la existencia que clama el sitial que le corresponde.

 

El dulce desconsuelo de una idolatría malsana es el ápice que cubre el rostro del Caminante Errante, cuál ebrio del embrujo inusitado busca un refugio en las extrañas de su mismo ser. Una diminuta luz alumbra un escabroso  rincón que le permite meditar y elevar plegarias al Dios Omniponte; suplicas que se escuchen como el cantar de un dulce amanecer  en medio del fragor del jardín Celestial.

Sonoras Trompetas alegran el monótono espacio, ecos que retumba el frágil corazón del Caminante Errante cuando siente el consuelo del “Dios Divino”. Es la esencia predilecta del Creador que regocija y purifica nuestra “Alma” en busca del camino espiritual que se ha perdido en el camino de la vida 

Sonoras Trompetas alegran el espíritu que vaga en medio del jardín esplendoroso; es la espiga de la felicidad que florece  perfumando el  rudo transitar del Caminante Errante. De su corazón brota un dulce murmullo que alegra su espíritu trovador;  aromas de gardenias  perfuman su trajinar incansable;  es el susurro de las olas del mar que bravíamente levantan  un espejismo de luz.

Luz de la Eternidad; condúcelo por el camino de las virtudes; dadle de beber gotas de agua que brotan del manantial sagrado para que mitigue la sed de esperanza, y su espíritu sienta el alivio del largo y espinoso camino que significa el destino.

¡Oh!  duro trajinar  el flujo de  la  mañanera brisa fresca conforte tu curtido rostro;  y el brillo de las voluptuosas aguas de la felicidad sea el elixir que alivie su atribulado corazón. Y los destellos resplandecientes del lucero de la mañana iluminen el largo camino que conduce a la eternidad.-

No hay comentarios:

Publicar un comentario