AQUÍ TUMEREMO
Rafael “Chino” Velázquez
Rafael.velazquez.a@gmail.com
Leopoldo Sucre Figarella “ El
visionario”.
En Tumeremo, emporio
aurífero de nuestra prodigiosa Guayana, tierra de misterio y leyenda, nace un
primero de agosto de 1926, Leopoldo Sucre Figarella, cuya vida, se distinguió
dentro de ese paradigma de alteza moral, demostrando en todo momento una
actuación enmarcada en la ley, con una rectitud integral que nada ni nadie pudo
quebrantar nunca, ni aún en su influido carácter impulsivo, proclive de
arrebatos en circunstancias políticas, Leopoldo Sucre Figarella, conservó una
extraordinaria rectitud de hombre probo.
Hijo de José Manuel Sucre e Inés Matilde Figarella. Obtuvo el
título de ingeniero en la universidad Central de Venezuela, destacándose como
un brillante profesional al servicio de Obras Públicas (M.O.P).-
Con la caída de la dictadura en el año 1958, Leopoldo Sucre
Figarella, es llamado por su partido Acción Democrática, y forma un equipo con
el presidente Rómulo Betancourt, quien lo designa luego de ganar las elecciones
de 1959 Gobernador del Estado Bolívar, desde donde impulsó el nacimiento de
Santo Tomé de Guayana, hoy Ciudad Guayana, obra cimera del Presidente
Betancourt.
Leopoldo Sucre Figarella, una vez graduado de ingeniero
civil, incursionó en la industria de la construcción, como empleado, supervisor
y demás hasta hacerse de sus propias empresas, frente a las cuales estuvo hasta
que ingresa al mundo de la política.
Su reciedumbre como persona, como profesional y como
empresario, lo lleva a atender propuestas que le formulan los gobiernos del
inicio de la democracia. Su estreno en la administración pública comienza con
el ejercicio de gobernador de Bolívar,
cargo que era asignado por el presidente de la república. En adelante, ejerce
como ministro de varios ministerios, destacándose como el mejor, cuando ejerció
el cargo de ministro presidente de la CVG.
De allí en adelante comienza a hacerse conocer como un gran ejecutivo de
la cosa pública.
La región de Guayana la recorre de punta a punta, conociendo
de sus apremiantes necesidades y de las posibilidades de
inversión para el desarrollo. Se pone al frente del despegue de las industrias
básicas de Puerto Ordaz. Resultó impresionante observar el gran desarrollo que
alcanzó Puerto Ordaz, desarrollo éste que irradiaba al resto del estado
Bolívar, llegándose a lo que se llamo “pleno empleo”, durante el gobierno de
Carlos Andrés Pérez. Era tanta la inversión y el desarrollo que hubo en Caroní,
que toda la mano de obra ordinaria y especializada quedó empleada y como hacía
falta emplear más trabajadores, el gobierno tuvo que traer mano de obra de los
países vecinos.
El éxito del ministro Sucre Figarella fue de tal magnitud que
las empresas básicas de Guayana abastecieron el mercado interno e iniciaron las
exportaciones de productos del hierro, el aluminio y otros, llegándose a
exportar, inclusive, productos agropecuarios.
En poco tiempo, Puerto Ordaz y Ciudad Bolívar se convirtieron
en ciudades modernas. Los pueblos del interior también recibieron su importante
cuota de inversión. La trocal 10 fue totalmente reasfaltada y fue asfaltada la
carretera de la Gran Sabana hasta la entrada a Brasil.
Muchísimas obras de Guayana y del Sur de Venezuela simbolizan
al ministro Sucre Figarella, como por ejemplo, los pinos de Uverito y Chaguaramas, el embalse de Guri,
las empresas básicas de Guayana –-que
ahora estén quebradas es otra cosa---, la autopista de Upata, acueductos en
casi todas las ciudades y pueblos de Bolívar, amplias redes de electrificación
a poblados y hatos, moderno aeropuerto de Puerto Ordaz.
Todas estas obras y gigantesco desarrollo promovido y
ejecutado por el ministro Sucre Figarella, fue posible gracias a la visión que
tuvo de que la inversión debe ser grande y bien ejecutada.
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